El papel de las mujeres ha ido abarcando roles que antes no estaban disponibles, eso ha traído también un importante aumento de actividades y responsabilidades, que aunque a veces podemos delegar y renunciar a algunos, no siempre es posible.
Día tras día tenemos frente a nosotros varios retos a los que nos enfrentamos, en nuestra vida cotidiana y si sumamos el desafío de la maternidad, el embarazo o la lactancia, se vuelve un poco más intimidante.
Estar en una videoconferencia mientras suplicas que tus hijos elijan dormir o jugar en un lugar apartado y en voz baja; buscar la blusa ideal para que no se note algún accidente lácteo, o encerrarte en el baño a llorar porque a veces sientes que la situación te sobrepasa.
"Ya eres mamá...", "ahora toda tu atención son tus hijos", "cuando te conviertes en madre, tú pasas a segundo termino", son algunas de las frases que podemos escuchar y que a veces nos pueden herir, pues dan a entender que nuestro valor cómo mujeres, es sólo la capacidad de ser madres. Sin embargo, hay una realidad, que el ser madres, sólo le viene a sumar valor a nuestra existencia, y que para ser una buena madre, necesitamos ser mujeres plenas, para poder transmitir lo mejor de nosotras en la crianza. En la eterna búsqueda del equilibrio, te traemos algunos consejos.
- ¡¡¡CUÍDATE!!!
Haz ejercicio, cuida tu alimentación. ve al médico periódicamente. Mientras más sana estés, mejor te sentirás, y tendrás algo menos de que preocuparte. Una mujer sana, física, mental y emocionalmente. Es una mujer feliz. Y una mujer feliz, es una buena madre.
- SIGUE SIENDO TÚ
El embarazo no es una varita mágica que te transforma en automático en otra persona totalmente diferente. Ser madre no significa renunciar a tu personalidad. Pero sí es una excelente oportunidad para encontrar una mejor versión de ti. Está bien que seas una madre entregada, pero reserva energía para ti, recuerda el primer punto. - TÓMATE TU TIEMPO
Entre tanto ajetreo diario, es necesario tener un momento para desconectarse de todo, salir con tus amigas por un café, salir a algún evento. O en casa, aunque a veces parezca una misión imposible, regálate un baño especial, ten un momento agradable a solas. Te lo vas a agradecer y tu familia también. - CUIDA DEL AMOR
El amor que le das a tus hijos, a tus amigos, a tu familia y a tu pareja, vienen del amor que te das ti misma. Sin embargo, cuando tienes una relación de pareja, es fácil que a veces perdamos el norte, y nuestra pareja es quien termina en el último lugar de prioridades. Tus hijos no tienen que ser el centro de tu vida. No descuides a la persona con la que has formado tu proyecto de familia. -
LA CRIANZA: UN CAMINO PARA AMBOS PADRES
Sabemos que hay una gran diversidad de esquemas familiares, y no siempre contamos con el apoyo del padre, y si es el caso, es a veces es la abuela o algún otro familiar quien nos apoya, para lo cual te sugerimos que pongan foco en cómo quieres educar a tus hijos.
Busca el equilibrio en la forma en la que se distribuyen las responsabilidades en la crianza. Haz de tu familia el equipo más exitoso, organizado y armonioso. -
ORGANÍZATE
Siempre vas a tener cosas por hacer, hay cosas que son urgentes, otras son importantes, otras necesarias, pero sólo tú puedes decidir cómo irás avanzando y en que orden. Aunque a veces puedan salir mil cosas, hay prioridades. Y aunque no suene apetecible, levantarte temprano siempre es la mejor idea, no te puedes clonar, y estresarte no va a ayudar. Así que decide que hacer primero. - NO ESTÁS SOLA
Aunque eres una maravilla de mujer, y quieras ser multitasking, no siempre puedes con todo, y está bien. Llenarte de cosas por hacer sólo te traerá ansiedad y estrés, además que no serás la persona más amable del mundo. Recuerda que siempre puedes recurrir a alguien, tu pareja, tu familia, alguna amiga, aunque sea sólo para que te escuche.
No te sientas mal por pensar en ti, tienes necesidades y necesitas tiempo para ellas, cómo cualquier ser humano. ¿Crees que podrás cuidar de tus hijos y darles un buen ejemplo si no lo haces contigo?
Cuando se capacita a un bombero o a una brigada anti-incendios, una de las primeras recomendaciones es: "Primero asegúrate que estás bien TÚ, por que si no es así, por más que intentes ayudar a alguien, lograrás todo lo contrario."