Si desde siempre has sido una chica fitness, enterarte de tu embarazo debió hacer que te plantearas la pregunta de cómo adecuar tu rutina de ejercicio y alimentación a los cambios que tu cuerpo experimentaría en adelante.
La buena noticia en este sentido es que, a pesar de que ciertamente deberás hacer algunos ajustes, es un hecho que podrás y –más que nunca– deberás continuar con tu estilo de vida saludable, por lo que a continuación te presentamos algunos consejos para una rutina de ejercicio exitosa:
- Dedicar 30 minutos al día a ejercitarte será una preparación para los esfuerzos del parto. Si se realiza de manera constante ayuda a fortalecer los músculos, disminuye las posibilidades de desarrollar diabetes gestacional y preclampsia, además de que contribuirá a que te sea más sencillo volver a tu peso después del parto.
- Hidrátate lo mejor que puedas, pues mientras estás encinta llevar tu botella de agua a todas partes y consumir zumos naturales no es una exageración, por el contrario, resulta indispensable para tu bienestar y el del bebé.
- Comenta con tu médico los pormenores de tu rutina e incorpora las sugerencias que te haga con base en las características de tu embarazo. No es lo mismo establecer una rutina a partir de lo que siempre has hecho o de lo que lees en revistas, que diseñarla a partir de la asesoría personalizada de un especialista.
- No te excedas; recuerda que aunque estés acostumbrada al ejercicio físico, tu cuerpo está pasando por un proceso de adaptación que ya por sí mismo demanda otro tipo de esfuerzos.
- Evita ejercicios que impliquen hacer presión en el área abdominal y tampoco sobrecargues tu espalda, especialmente si te encuentras en el tercer trimestre de embarazo.
- Supera la idea (y la angustia) de “no poder hacer nada” en esta etapa.
- Si no puedes hacer ejercicio en el gimnasio, siempre será una excelente opción contar con un espacio acondicionado para este fin en casa.
- Entre los mejores ejercicios que puedes incluir en tu plan destacan las sentadillas o basculación térmica (que ayudan a fortalecer las piernas) y los ejercicios de Kegel (cuya función es fortalecer el suelo pélvico).
- Los ejercicios con pelotas son de gran ayuda, especialmente si se complementan con un manejo adecuado de la respiración. Por sus beneficios a nivel físico y emocional, la práctica de yoga prenatal es una de los más recomendables.
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